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El consumo de drogas se ha convertido en un problema importante en todo el mundo. En las escuelas, universidades y lugares de trabajo, cada vez más personas consumen drogas con fines sociales o recreativos, y se hacen adictas a sustancias peligrosas con más frecuencia que nunca. No es de extrañar que cada vez más empresas opten por incluir las pruebas de detección de drogas entre sus políticas de contratación y gestión de empleados. Sin embargo, aunque es comprensible, existen normas muy estrictas sobre lo que se puede hacer y cómo hacerlo.
Privacidad frente a salud y seguridad
En general, en los centros de trabajo australianos no están permitidas las pruebas de alcohol y drogas realizadas con el único fin de «pillar» a los empleados y despedirlos. La ley está diseñada para proteger la intimidad de los empleados en la medida de lo posible, y ha habido varios pleitos en los que los empleados han ganado sus casos, porque las pruebas eran punitivas o irrelevantes.
Para que las pruebas de detección de drogas y alcohol sean aceptadas en los centros de trabajo australianos, el planteamiento debe ser el de la salud y la seguridad, en lugar de invadir los derechos cívicos de los empleados a la intimidad. En otras palabras, es razonable someter a pruebas de drogas a los empleados que trabajan con maquinaria pesada y parecen estar intoxicados, pero no sería aceptable insistir en someter a pruebas de drogas a los empleados que trabajan en administración, simplemente para averiguar qué hacen en su tiempo libre.
Evaluación previa al empleo
A menudo se exigen pruebas de alcohol y drogas previas a la contratación, una vez más en relación con la salud y la seguridad. Las empresas mineras, constructoras o refinerías, por ejemplo, suelen exigir a sus empleados que pasen un examen de precontratación antes de contratarlos para puestos in situ. No obstante, asegúrese de tener un motivo real basado en la salud y seguridad en el trabajo para someter a sus empleados a pruebas de detección de drogas, o podría meterse en un buen lío.
Pruebas aleatorias de detección de drogas
Las pruebas aleatorias de detección de drogas son otro tipo de prueba habitual en muchos lugares de trabajo en Australia, pero, una vez más, este tipo de pruebas deben estar justificadas por motivos de seguridad de buena fe.
Solicitudes de los clientes
En muchos sectores, como la construcción y la minería, los clientes pueden pedir a los contratistas que se aseguren de que los empleados superan pruebas específicas. Si estas peticiones son nuevas, puede que tenga que discutirlas con sus empleados, o revisar sus políticas internas para darles cabida.
Políticas escritas
Si tiene previsto realizar pruebas de detección previas a la contratación, pruebas aleatorias de drogas y alcohol o pruebas programadas, deberá contar con una política de pruebas por escrito, que establezca cómo se llevarán a cabo las pruebas, para qué se realizarán y a quién se realizarán. Deberá incluir un procedimiento de impugnación y una opción de pruebas secundarias, así como si las pruebas se realizarán in situ o fuera.
Se trata de una política muy complicada de elaborar desde el punto de vista jurídico y, si no dispone de un departamento interno de recursos humanos con la capacidad y la experiencia necesarias para redactar una política que se ajuste a la legislación, es una buena idea contratar a un profesional para que lo haga en su nombre.
La adicción es una enfermedad
Por último, es importante señalar que, según la legislación australiana, muchos casos de adicción a sustancias se consideran legalmente una enfermedad y no una elección. Si sus empleados son adictos a sustancias, es posible que no pueda tomar medidas disciplinarias contra ellos sin antes intentar adaptarse a su enfermedad, o puede meterse en problemas por discriminación.
El abuso de sustancias es un problema real en muchos lugares de trabajo, pero hay que tener mucho cuidado de que las políticas y el planteamiento de las pruebas de drogas a los empleados se ajusten a la ley y de que se anteponga el bienestar de los empleados.
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